y le queria, a mi amigo.

No era la primera vez que me enamoraba de un amigo mío y tampoco seria la última, estaba claro. Pero lo que sentía esta vez era mas intenso que ninguna otra, y eso no estaba bien. No estaba bien porque en el momento que pasara algo entre los dos, cosa que, podría pasar en cualquier momento, todo se iba a estropear. Ni él ni yo éramos iguales que cuando nos conocimos. Él tenía su vida y yo la mía. Pero ya no, ahora no. Ahora su vida era yo y mi vida era él. Y eso no estaba bien, no estaba nada bien. Así que me dispuse a decírselo todo y acabar con aquella tontería de una vez. El era mi amigo, mi mejor amigo, pero… ¿solo le quería como amigo? No. Ni de coña. En los últimos días había algo en mi que se revolvía cuando le veía y que tenia ganas de estar con el todo el tiempo. Y eso no era de quererle solo como a un amigo. Así que eso hice, me arregle, aunque no iba a ir guapa, ni mucho menos, no me sentía guapa, y si una no se siente guapa consigo misma nunca nadie la va a ver guapa por fuera. Y yo no me sentía guapa. Pero daba igual. Salí de mi cuarto nerviosa, no sin haberme mirado unas veinte veces antes en el espejo. Fui andando por el pasillo y llegue a su cuarto. Toque la puerta. No respondía. Volví a tocar. Nada. Silencio. De repente alguien abrió la puerta de golpe. Era el. Y, no se si fueron los nervios o que de verdad estaba enamorada, pero sonreí. Me alegre de verle. Me invito a que pasara dentro y me senté en su cama, en esa cama que tantas tardas nos había visto reír o llorar o morirnos de miedo viendo alguna película. Así que me senté, y me miro. Y…
Estaba claro, le quería.



Rak.